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Todos absorbemos energía y transformamos la misma según los efectos de como vivimos.
El hombre absorbe energía a través de chakras que son como receptores que absorben vida y la derraman por la columna vertebral.
Los chakras también se conocen como vórtices o centros de conciencia.
La energía entra por el chakra, se absorbe, pasa por el sistema circulatorio al sistema endocrino, a las glándulas, sangre y a todo el cuerpo.
Si absorbemos energía nuestro organismo funciona bien.
Al enfermar no se absorbe energía, el cuerpo pide más, no hay y la saca de cualquier parte. Esto genera un desequilibrio en los diferentes chakras. Por tal motivo, es fundamental tener el sistema nervioso en armonía, pues este distribuye la energía por todo el cuerpo.
Al estar en armonía, cada chakra absorbe la energía que necesita.
Los chakras son también llamados centros de conciencia.

Vamos a orientarnos más allá de lo físico para comprender los aspectos de estos centros de conciencia que nos orientan hacia el despertar espiritual.
Estos 7 generadores son el patrón básico del ser, su centro de control emocional y el cuerpo mismo del alma.
El alma se sirve de estos 7 centros, para proyectar el patrón básico de la forma física.
Cada uno de estos centros, conectados a la columna vertebral, tienen el aspecto de pequeñas galaxias.
Son verdaderos vórtices que giran y captan energía del cosmos, desde el gran Sol Central Padre Madre Amor.
El plexo solar se encarga de captar la energía de los 7 rayos y distribuirlas a los 7 centros.

Mientras más rápido giran o vibran los rayitos o pétalos de los centros, mayor energía reciben.
Esta energía está compuesta por átomos crísticos proyectados desde la divina luz de los rayos del poder.

El centro generador contiene una de las dos polaridades de la creación. Cuando esta se une con la otra polaridad, se produce la creación de una puerta dimensional. En este centro generador se encuentra alojada la divina energía de la creación. En el oriente se la denomina kundalini o energía serpentina; en occidente, se la llama energía del espíritu santo o fuerza creadora.
A través de la evolución y el buen uso de esta divina energía nos vamos a convertir en superhombres, suprahombres, maestros ascendidos.

Si se abusa de esta fuerza, se va consumiendo el tiempo útil de la encarnación deteriorándose lentamente todas sus funciones.

Esta energía divina es la misma fuerza que dio origen al universo.

Es la divina energía que utilizamos para traer niños al mundo, realizar descubrimientos científicos, crear desde las diversas vertientes artísticas, etc.
Los generadores que se encuentran desde el centro cardíaco hacia abajo controlan el aspecto emotivo y sensual del ser.
En los principios de la creación estos centros primarios eran los que solamente funcionaban. Por este motivo, el hombre manifestaba fuertemente la agresividad, la violencia y el sexo desenfrenado.

Recién en la actualidad el hombre ha activado levemente los centros superiores para ir controlando los inferiores.

Los centros superiores se deberán activar solamente por el amor, la pureza de corazón y el servicio a la humanidad. Si se trata de activar estos centros con el fin de lograr riquezas, poder y logros parasicológicos, al faltar la guía de la sabiduría y el amor divino, tarde o temprano la ley de causa y efecto devolverá al ciento por uno todo el error precipitado.

Recordemos que la fuerza que reside en el centro generador, es fuego ígneo purificador.. Este fuego etérico, al ser activado, consume instantáneamente todo lo que no le es afín. La energía creadora del espíritu santo es de una frecuencia de vibración alta, que cuando contacta con otra de baja frecuencia directamente la consume.

Lo anteriormente citado se asemeja al fuego físico. Este está compuesto por átomos que están vibrando tan rápidamente que cuando contacta con otros elementos de baja frecuencia en sus átomos, tales como la madera, etc., directamente lo enciende para luego consumirlos. Recordemos que como es arriba es abajo; como es en lo etérico es en lo físico; las leyes que rigen el microcosmos rigen el macrocosmos.

No es aconsejable activar separadamente algún centro de conciencia.

La activación debe ser pareja y armónica en los 7 centros y desde la paciencia, la sabiduría y el amor.

Nos referimos a esto puesto que hay diversas vertientes orientales y occidentales para activar los centros de conciencia. Algunas de estas escuelas no tienen en cuenta el estado álmico del ser que va a utilizar estos métodos. Esto es lógico puesto que desde un libro, un cassette de audio o video es imposible hacer una evaluación de quién los utiliza.

Si el ser que desea activar sus centros por estos métodos, no vive en la ley del amor, critica a sus semejantes, no es honesto, se regodea en la lujuria y la corrupción, puede tener serias consecuencias en su intento de despertar sus centros de conciencia.

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