Maestro, puede una llama extinguirse?

– No. El fuego es eterno, sin principio, sin fin. Lo que tu vez en este medio dimensional, es aparecer y desaparecer, pero el fuego siempre está ahi.

– Qué hacer con el fuego?

– Nada puedes hacer con el fuego. El fuego hace en ti. El fuego te quema y te transforma… te renueva… saca eso que hay escondido en ti. Tú eres el fuego que devora la vida, que existe, que se mueve infinitamente aun en estado de quietud, así como está quieta la base de la llama que se enciende en la hoguera, el movimiento está en ella, en sus puntas, en sus límites. Así eres tú. Eres vida renovándose en el exterior, pero en tu origen, en lo que eres, siempre estás en quietud firme, que sostiene y que aviva tu movimiento exterior. Entonces, hagas lo que hagas, es el fuego que tú eres, quien te moldea, quien te crea, quien te guía, quien te cambia, quien te ama.

– Maestro, cómo cambiar el mundo?

– Porqué crees que hay que cambiar el mundo? qué no te gusta del mundo? cómo quisieras que fuera?

– Hay mucha violencia, sufrimiento, pobreza y desconocimiento de la verdad y a mi me gustaría que fuera pacífico, que todos tuvieran las mismas oportunidades, que todos andarán felices y contentos sabiéndose seres completos, celestiales y amados.

-Desde qué punto de referencia estás juzgando estas cosas? es eso que tú eres lo que te dicta todo esto?

– No lo se maestro, solo lo veo y así lo siento. Siento que las cosas no andan bien, que deberían de cambiar.

– Quién dentro de ti se sentiría alagado y feliz con tales cambios?

– Mi ser superior, maestro.

– Cómo te lo hace saber tu ser superior? te habla al oído, te enseña imágenes… cómo te dice que algo anda mal por aquí?

– Bueno, él siempre está quieto y no me dice nada; parece que solo observa todo y yo deduzco que algo anda mal aquí.

– Pero entonces, quién te dice que algo está mal en el mundo? acaso no te hablé ya sobre la llama? a caso no entiendes que todo el universo es renovado constantemente por la llama, por el fuego creador?

– Si, pero yo deseo que las personas estén bien, que se amen y sean felices.

– Cómo estás seguro de que el mundo anda mal? si tu ser está sólo observando y no te dice nada, porqué crees que hay que hacer algo, quién te lo ha dicho?

– Maestro, amado maestro, será a caso que mi ser observa sin decirme nada, porque el sabe que todo está bien y es mi ego quien quiere que yo crea que todo está mal?

– Cómo puede todo estar bien si tú vez que todo anda patas arriba?

-Porque quizás soy yo quien ve todo negativamente. Quizás soy yo y no el mundo, quien está patas arriba, maestro.

– Cuando se está parado de cabeza todo se ve al revés, nada parece en su lugar. La mente, amado mio, que es insaciable, que se cree sabia, que cree tener la respuesta a toda pregunta y que está segura de que su idea del universo entero es la correcta, no acepta el orden natural de las cosas.

– Pero y si, lo que te he dicho sobre cómo está el mundo, maestro, es el orden de las cosas, si la ignorancia y la infelicidad son parte de ese orden, entonces si comprendo eso, si lo acepto así, ¿no es eso egoísmo con todos?

– Es egoísta el origen de la llama que está quieta y estable en su base, imperturbable, mientras las diferentes puntas de ella misma se mueven a un lado y a otro, crecen y decrecen?

– Creo que no maestro, porque todas esas partes son la misma llama, ubicadas en distintas zonas y con diferentes movimientos rítmicos.

– Tú mismo, amado mio, te has dado la respuesta. Todo está perfecto porque todo es parte del todo y en ese todo, cada ser viviente es libre de crecer o decrecer, de moverse a un lado o al otro. La mente no acepta eso y quisiera que todo estuviera quieto o en movimiento. Recuerda que el fuego de la creación está actuando en todo momento; y así mismo es el ser de cada persona. Cuando dices que tu ser no te dice nada ni hace nada, te está mostrando el camino de tu felicidad. Aceptar las cosas como son, en uno y en los demás, es parte del camino a recorrer. Cuando esto se logra, cuando logras estar quieto y observante como tu ser lo está, adviene algo en tí que te muestra que efectivamente todo está bien. Ya no verás el caos aparente, sino que verás el orden perfecto de las cosas. Sentirás que esas cosas y tú, son lo mismo. Sabrás que si tú cambias tu percepción, ayudarás a cambiar la posición conciencial del mundo. Entonces, amado mio, sí hay que cambiar el mundo, pero desde tí mismo, porque tú mismo eres el mundo que vez.

– Maestro, en el momento de escucharlo y comprenderlo, el mundo a mejorado. Gracias maestro.!!